miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los presidentes de la desesperación

¿Por qué necesitamos un coach?

En pleno progreso y sociedad 2.0 con todas las ventajas y facilidades para vivir empachados de comodidad, abundancia, variedad y libertad, la paradoja es que andamos más perdidos que nunca. Perdidos por el cambio de concepto de estilo vida; la famosa Modernidad Liquidad de Zygmunt Bauman. 

¿Modernidad liquida o esclavitud 2.0?

Demasiadas son las veces que ante tanta precariedad, incertidumbre laboral, conocimientos gaseosos,conceptos económicos indescifrables bajo llave, el  fraude de ley campando a sus anchas, la corrupción simpática en forma de picaresca y el enchufismo frente a la meritocracia, ante toda esa basura que consentimos entre todos a diario, es demasiado común oír eso de... "ES LO QUE HAY". ¿Está el idealismo en vías de extinción? ¿O es que nos hemos vuelto demasiado vagos incluso para pensar un mundo mejor?

Se habla y se publican muchos libros sobre gente tóxica, pero también hay expresiones tóxicas, formas de hablar que nos moldean la forma de pensar. ¿Qué narices es todo eso de la posverdad? ¿Por qué se empeñan en rebautizar cosas de siempre con palabras llenas de impostura? La mentira ha existido siempre con la manipulación de medios, no es nada nuevo. (Otra cosa es que los grandes medios de comunicación estadounidenses se saquen este término de la chistera para justificar su pésimo reflejo de la realidad en su país, con la consecuencia tan real y trágica de la victoria de Trump.) ¿Qué es eso de la literacia? ¿La competencia mágica para encontrar trabajo? ¿Eso no es la aptitud de toda la vida? ¿Y la taladradora diaria que nos dan con el emprendiemiento? ¿No son los autónomos de siempre? ¿Esos que según un spot publicitario los tratan como seres de otro planeta por su capacidad de resistencia? ¿O resilencia? Cinismo 2.0 para todos los gustos

Parece que hemos vuelto a primera época industrial, la época de Dickens donde se permitían y se naturalizaba una forma de explotación laboral sin derechos por pura supervivencia. La diferencia con la actualidad es que ahora necesitamos autengañarnos con una motivación, un pensamiento positivo, repetirnos mantras de esta época new age como "sal de tu zona de confort" , evita las personas críticas, sé positivo, es decir; trabaja como un esclavo y no te quejes, debes estar motivado y sonreír porque así conseguirás antes ser feliz. El mantra del coaching quiere arrinconar el espíritu crítico, ese espíritu que precisamente gracias a él ahora tenemos algunos privilegios como una sanidad y educación pública, el voto femenino, los derechos laborales,  derechos civiles, etc. ¿En serio necesitamos más coaching en vez de historia o filosofía?

Los antiguos profetas, los predicadores religiosos han vuelto en forma de coaches. Sin apenas darte cuenta,  con ellos potencias ciertos aspectos en tu carácter, te hacen ver que lo que asumes, evitar tu zona de confort (¿qué puedes evitar cobrando menos de 1000€?), asumiendo la incertidumbre y el pluriempleo de la lengua fuera, es lo que mejor para ti,  te conviene, te completa y supone un reto (otra palabra de oro) para tu vida poscapitalista. Estos chamanes con corbata  y sus libros salvavidas son unos superventas. ¿Nos salvarán del infierno terrenal con sus promesas de paraíso espiritual? Quien sabe, puede que a alguno le sirva, al fin y al cabo la religión también es para algunos una herramienta de salvación personal. Pero lo evidente es que es una maquina de hacer dinero con personas desesperadas que no encuentran sentido a sus vidas. Ese mal endémico del primer mundo; ¿cual es el sentido de mi vida? ¿Encontrará Sísifo algún día el sentido a empujar un piedra hasta arriba de la colina para volver a caerse una y otra vez condenado eternamente  a vovler empezar? ¿Es necesario encontrarlo? ¿Nos cambiará el modo de vivir? ¿Disfrutaremos más?¿ O menos?

Acabo de descubrir que esta canción de Quique González habla de todo ésto, joder, ¡encaja perfectamente! ( También podría estar hablando de Donald Trump):

 Alguien juega a salvarte la vida con la estrategia de un predicador
 te conoce bien, te gana en las distancias cortas

 con el estado de gracia de los últimos shows
 Ya están aquí para cubrir el expediente 

 los presidentes de la desesperación
 Ya están aquí con el cuchillo entre los dientes
 Tenía que decírtelo...
 ¿Quien quiere abandonar el edificio ya? 

 Lo raro es no sentirse fuera de lugar



De todos modos, a pesar de ser un sacadineros profesional, puede que a alguna persona sí que le haya servido y ese dinero haya sido una gran inversión en su satisfacción personal,  como para muchos parece que les ayudan los libros de autoayuda.Todo el respeto, pero me cuesta entenderlo. Supongo que lo mejor será hablar de la propia experiencia y someterme a una sesión de chamanismo moderno. Veo difícil alcanzar una idea clara de mi misma como si de una empresa tratase, Icíar S.A., con mi visión, misión y valores bien definidos en mi web personal. Lo siento, pero es que en mi...¡¡¡van mutando según mi experiencia y circunstancias!!! Porque nunca seré algo definitivo.

Como cuenta el personaje de la novela "El azar y viceverasa" de Felipe Benítez Reyes, cada día nos inauguramos. De poco nos servirán esos manuales de la busqueda de felicidad despersonalizados y con frases convertidas en lemas de Steve Jobs, Thoreau, Walt Diseny o Woody Allen,  cambiamos demasiado y la solución no es manufacturada sino artesana. Sólo podemos dárnosla nosotros mismos.



Sobre este tema Daniel Ruiz ha publicado la novela "La gran ola", una desmitificación agria y corrosiva sobre ese gran fraude del coaching. El tema es para sacar mucho jugo ácido... ¡habrá que leerlo!

Almas sin coach personal por las calles de Bilbao




















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