domingo, 30 de septiembre de 2018

Nada a largo plazo


¿Puede un libro hacerte cambiar de opinión radicalmente?

A mi me ha pasado con Richard Sennett.

Creo que voy a contracorriente de manera temeraria por el mundo y en el fondo soy una víctima más de la tendencia mundial a impedirnos planear nuestra vida a largo plazo.
Hace días discutía la posibilidad de abrirme un plan de pensiones. ¿Hola? ¿Estás loco? Sólo tengo 30 años y vivo en un piso compartido con un sueldo precario. ¿Qué va a ser de mi? Ni lo sé ni me preocupa. De momento intento sortear el oleaje de la única constante en mi vida; el cambio.

Visto lo visto, en mi caso particular, formar una familia, meterme en una hipoteca, son planes ...digamos poco realistas. ¿Pero por qué he naturalizado esta temporalidad tan constante? Parece que si algo no me gusta de mi trabajo lo natural es cambiar a otro, que si no me gusta Madrid me cambio de ciudad, que si se me rompe una blusa compro otra y así sucesivamente. ¿Dónde queda el compromiso? ¿La lealtad? ¿Son antiguallas?

"¿Cómo pueden perseguirse objetivos a largo plazo en una sociedad a corto plazo? ¿Cómo sostener relaciones sociales duraderas? ¿ Cómo puede un ser humano desarrollar un relato de identidad e historia vital en una sociedad compuesta de episodios y fragmentos?"

Cambiamos constantemente, porque no queda otro remedio, pero ¿con qué fin? ¿Cual es el hilo conductor?Necesito un relato para explicarme porque hago lo que hago. Supongo que con el tiempo el sentido se encuentra o se inventa. Pero por ahora me siento como el mito Sísifo volviendo a empezar constantemente. Quizás si algo no me gusta de mi trabajo irme no siempre sea la solución.


Este libro me ha hecho ver la rutina de otra manera. Más como un ritual. Un dominio de la técnica, de una vida, de un cuidado y compromiso que sin repetición es imposible desarrollar.

(Por ahora la acción más a largo plazo que he hecho es poner los garbanzos a remojo el día anterior para cocinarlos hoy. Pero por algo se empieza...)

Villalmanzo






Ya empiezo a identificar a Villalmanzo con la plenitud y la felicidad. Otra cosa que sumar a mi lista de cambios de opinión . Antes, odiaba este pueblo. ¿Qué tenía? Nada. Bicicletas y libertad. Pero la buena compañía lo hace todo. Ahí donde hay sobremesas largas hay felicidad.

Qué importante para mi es la sobremesa. Por eso lo de comer frente al ordenador es de las cosas de hoy en día que me dan más tristeza.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Asturias patria querida








Degustando poco a poco 
el gran conflicto que es la vida, 
fatigado de inventar. 

Claro que no quieres 
visitar rutinas aburridas, 
añorando despegar. 

Demasiado tiempo 
dedicado a la melancolía, 
su anatomía inunda esta ciudad.