lunes, 3 de septiembre de 2012

Se cree que las mató el tiempo y la ausencia


Todos somos herederos de las pequeñas cosas, y mi predilección por esas parcelas aparentemente ínfimas del devenir humano se impone sobre los grandes avatares históricos y crea en mi memoria una imagen múltiple del mundo que conocí. En este contexto resultan básicas las conversaciones con los demás, su caudal de nostalgias y frustraciones. (...) 
A través de la nostalgia de Néstor, aprecié facetas de la mitología  barcelonesa que me habían pasado inadvertidas. Era como ver la ciudad con ojos distintos, que es como deben verse las ciudades.
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Los mitos se derrumban, la gente nos muestra sus aspectos mas ingratos y sin embargo algo de la devoción inicial perdura en el recuerdo.





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