jueves, 4 de febrero de 2021

Sueños

 


¿Y que pasa entonces con ese curioso sentimiento que casi todo el mundo ha experimentado en algún momento, esa repentina fugaz y perturbadora convicción de que algo que está ocurriendo en este momento ha ocurrido antes?

¿Qué pasa en esas ocasiones en las que , habiendo recibido una carta inesperada de un amigo que sólo escribe de tarde en tarde, uno recuerda que ha soñado con él la noche anterior?

¿Qué pasa con esos sueños que, después de haber quedado por completo en el olvido, se recuerdan a lo largo el día y de repente, sin que media ninguna razón aparente?¿Qué asociación los trae a la conciencia?

 ¿Qué pasa con esos sueños raros de los que uno se despierta por un ruido u otro acontecimiento sensorial, y en los que dicho sonido aparece como final del incidente sueño? ¿Por qué ocurre que este incidente de cierre está siempre precedido de una manera lógica por la primera parte del sueño?

¿Qué pasa, por ultimo, con todos los casos recogidos y clasificados por la Sociedad para la Investigación Psíquica, donde el sueño de la muerte de un amigo ha precedido una notificación, al día siguiente, que confirmaba el hecho? 
¿Es posible que estos fenómenos no fueran anormales sino normales? ¿Qué esos sueños– los sueños en general, todos los sueños, los del todo el mundo– estuvieran compuestas de imágenes de la experiencia pasada e imágenes de la experiencia futura mezcladas en proporciones iguales?


Todo esto se lo pregunta el excéntrico filósofo J.W. Dunne en su libro "Un experimento con el tiempo". Una teoría publicada allá por 1927, muy leída entonces y ahora olvidada y con la que más tarde Nabokov hizo su propio experimento.
Ojalá pudiese acordarme más de lo que sueño. ¿Será cuestión de entrenamiento?


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