lunes, 12 de octubre de 2020

Las cartas del futuro


Hay muchas maneras de celebrar. Nosotros sin darnos cuenta hemos celebrado el día de la Hispanidad visitando la Biblioteca Nacional para ver la exposición de Miguel Delibes. De él sólo tengo leídos "Cinco horas con Mario" y " El Camino".  Recuerdo leer "El Camino" en la terraza de mi casa de Oporto allá por primavera. En esa terraza tan inmensa con su palmera de fondo y su balancín lleno de siestas mecidas al sol. El libro me lo dejó Paco ( yo le presté "Los Europeos" de Rafael Azcona) y sin pretenderlo consiguió que me enamorarme un poquito más de él. Así funciona mi cabeza. "Los Santos Inocentes" la vi en mi buhardilla de Lavapies y nunca lo he pasado tan mal llorando. Me provocó una especie de cascada incontrolable de lágrimas al ver tanta injusticia tan real y cercana. Alfredo Landa me recordaba a mi padre, y creo que eso era demasiado doloroso de soportar. El caso es que no la pude acabar y me da más miedo volver a retomarla que hacerlo con "El exorcista"

En la exposición de Delibes se podían leer algunas cartas de amigos. Eso es algo que siempre me encandila. Como cuando pude leer las cartas de Frida en Coyoacán. Sólo por eso ya vale la pena visitar cualquier exposición para mi. El caso es que leyendo la carta de Carmen Martín Gaite, tan sencilla y tan universal,  me preguntaba cómo elaborarían una exposición de cualquier escritor actual de aquí a 100 años. En las cartas se refleja un poco nuestra mirada del mundo, nuestras impresiones, nuestras preocupaciones y esos pensamientos sueltos y dispersos donde pueden cobrar sentido y forma sobre el papel. ¿Serán los correos electrónicos el reflejo sucedáneo de las cartas? No lo creo. Escribimos más que nunca, pero lo pensamos mucho menos. Yo por ejemplo sufro incontinencia verbal vía whatsapp, siempre online, siempre atenta. Pero en whatsapp se mezcla todo,  lo prosaico, con el debate de grupos,  la lista de la compra, esa foto chorra estilo selfie, un recordatorio de trabajo, notas de voz interminables, links de noticia, canciones, series y con suerte, y según el día, puede que algún pensamiento profundo compartido. Ahí está todo, todo y nada a la vez. Porque está demasiado disperso. Supongo que es un reflejo de nuestro tiempo. Y tampoco digo que haya que elegir, o escribir cartas o  escribir vía whatsapp. Paco se sorprendía que Delibes, como decía la exposición, fuese capaz de escribir 10 cartas diarias, pero es que en whatsapp yo dedico muchísimo tiempo, ¡mucho más de lo que equivaldría escribir 10 cartas! No se trata de ser un romántico colgado de la nostalgia y retomar un habito extinguido sin más , sino de combatir el olvido y escribirnos mejor para entendernos a nosotros mismos, ordenarnos las ideas, evitar la inercia de la vida moderna. Ardua tarea, esa...

Carta de Carmen Martin Gaite


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