jueves, 1 de octubre de 2020

Cachitos de pandemia

 

Parece que cada vez que nos vamos de viaje pasa algo. Cuando nos fuimos a México empezó una pandemia a nivel mundial. Cuando en septiembre nos fuimos unos días a Menorca aprovechando la casita libre de Calella , Madrid saltó por los aires y empezó a confinar algunos barrios. Barrios del sur concretamente. Pero mejor lamamos a las cosas por su nombre ; decidieron segregarnos. 

Digamos que la vuelta a Madrid era un duro golpe de realidad, y más después de haber estado jugando a ser ricos en Menorca jaja. Fueron 4 días intensos sin más recursos que nuestra imaginación y un entorno de ensueño. El barco gris de la Guardia Civil, las calas turquesas y las historias que nos contaron en el Blue Arenal sobre la buena energía concentrada en Cala Pilar , fueron más que suficiente para vivir felices, medio drogados sin drogas y ajenos a la actualidad. (Qué bien se vive ajeno a ella)

Volvimos a Madrid. Volvimos al ghetto. Leer las noticias sólo me genera ansiedad y mala leche. Aún así, en un entorno tan poco esperanzador siempre surgen buenas noticias. Paco, por fin, es profesor. Encima en el barrio. Ser de Vallecas a veces trae ventajas inesperadas. 

Comparto un collage de conversaciones de whatsapp que reflejan mis bocados de realidad. Noticias de twitter y música con un poco de nostalgia de fondo. En estos días vivo colgada del azúcar. Tanto que pienso en palmeras de chocolate por encima de mis posibilidades. Pero una palmera, como muchos sabemos es algo más que azúcar. La de la foto es de Zaragoza y guarda una historia fantástica en  ella.

Ay la música. Me reencuentro con su significado leyendo los libros de "Vernon Subutex" que tanto me recuerdan en parte a "Alta fidelidad" de Nick Hornby. Yo también añoro esos años  donde todo parecía muchos más autentico (¿lo era?). Hoy en twitter he leído que nuestra política está gobernada por directores de comunicación y marketing.  Y tienen razón. Si al menos hubiese buen producto que vender... pero es que la apariencia se queda sólo en eso, apariencia hueca, sin buen contenido, ni una esencia creíble. Es más caro aparentar ser bueno, que serlo. Y lo peor de todo es que ese absurdo, lo pagamos todos.


En Roca Grossa , ajenos a todo y bañados por la luz y el salitre


Diario



¿Quien quiere un couch teniendo a una madre?

La palmera de Zaragoza


Mi psiquiatra a jornada completa



Si los hombres pariesen el aborto sería un sacramento

Eh!!!

Las batallas de Flandes son las batallitas de escuela. Que ahora los hermanos son profes


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