viernes, 7 de julio de 2017

Déjese querer por una loca 2


"Se presentó como un poco loca, y quizá lo estuviese, pero a mí los locos me parecen una compañía estupenda, siempre que su locura sea social y no homicida." 


Esto lo escribía Sergio del Molino en el artículo que ya compartí aquí intuyendo que esa loca bien podría ser yo misma . Y así ha sido. 

Fue ayer. Cuando en Madrid no llovía sino que diluviaba (muchos son los que dicen que Madrid no sabe llover). Serían las 10:15 y yo sin paraguas caminaba dirección al metro ya que me esperaba en Mendez Álvaro mi flamante carruaje con mi chofer de Bla Bla Car para llevarme de vuelta a Bilbao. Dos días antes había cruzado la península en diagonal para ver a mi querido Paco, Pacorro o Párroco. Cumplía 25 años. Le regalé un bonsai del que no me separé en los más de 728 kilómetros que atravesamos juntos Y ya en Madrid centro peninsular, en el viaje de vuelta, la ciudad también ejercía en mí de epicentro de mi futuro laboral, vital, amoroso y qué se yo qué más. En esas estaba yo, en un momento clave, con el ánimo regular y el cuerpo dejándose llevar península arriba y abajo . Me sentía poseída por la canción de Cecilia "Andar"  Quiero ser peregrino de los caminos de España na na naaa 

En estos viajes en bus y Bla Bla Car llevé como lectura un único libro; "Fuera de lugar" de Amador Fernando-Savater. El culpable de "Ética para Amador" y un desconocido para mi hasta que un día me sentí fuera de lugar en mi trabajo cuando empezaron a hablar de este chico como posible mentor de Fuencarral Experimenta. Tiene gracia que el libro se titule como la situación que me hizo llegar a él e investigarlo. 

Me estoy enrollando demasiado. Y todo para decir que al verle en la calle con su paraguas plegable de colores le paré sin pensármelo 2 veces. Yo que soy un poco loca pero muy muy pero muy cortada con las personas que admiro. Supongo que tengo miedo a caerles mal. Pero este caso fue una excepción y algo instintivo. Resultó un tipo simpático con el que cruce varias impresiones y tuve la suerte de llevarme el libro dedicado con algunas gotas de esa furiosa lluvia madrileña. Espero que sirvan para limpiar y depurar un poco la ciudad, las ideas y mi vida.  Ojalá que como dice en la dedicatoria, logre entender algo de todo este lío...



Por cierto. También es bastante curioso que ambos, Sergio del Molino y Amador Savater ¡se parezcan tanto fisicamente!


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