viernes, 31 de agosto de 2012

Terenci:

He salido a la terraza para respirar el aire fresco de la mañana al saber que te has ido. Suenan unas campanas que yo sé que no son  para ti, pero su sonido me suena a espedida definitiva; quizá son mis campanas que te despiden.
Que raro que siente uno.
Nos mentimos hace tan poco tiempo… sabiendo los dos que nos mentíamos. < “ L´harem” es una exposición que tenemos que ir a ver”>, te mentí, y los dos sabíamos que no lo verías, que ya no quedaba tiempo para exposiciones, que casi no te quedaba tiempo para nada… excepto para escribir… El teclado te daba mas aire que el oxigeno que llevabas incorporado, ¡ cuatro horas de aire de aire tecleado aquella mañana!. Y por la tarde, entre tu y yo, unas risas, sinceras, y muy pocos recuerdos, sólo los imprescindibles para otras risas. Risas suaves, las que tus pulmones te permitían.
Atardecía, quisimos ver el horizonte en tu doble ventana.
Anocheció.
Los dos sabíamos que había sido nuestra última tarde. 

*****



Francina, mi hermana, deduce que para escribir sobre Terenci Moix nada mejor que ir a Egipto. Así que estamos, - previo vuelo en Egyptair – en el Hotel Continental – Pyramis Park -, en El Cairo. Terenci argumentaba que los que van a Egipto vuelven cambiados. Como poseídos por el misterio o la maldición faraónica. Cuando me recupere lo contaré.

(tomo nota)



No hay comentarios:

Publicar un comentario