domingo, 21 de junio de 2020

Vacaciones permanentes

Constelaciones personales que recorrer ahora que termina el estado de alarma. Qué ganas más locas de bañarme entre montes de Bizkaia y aguas del Cantábrico, de recuperar míticos sabores de Bilbao; sus cinamon roll de Charamel, txampis del Motrikes, la mejor tortilla de patatas del recreativo Ercilla, las muselinas de jamón o los kalitxikis de Somera. "¿Y tú que tal de curro?"- me suelen preguntar- Pues sigo de vacaciones permanentes. "¿Qué les parece?" como repetía siempre Toño, nuestro guía mexicano con ese acento tan suyo y esos dientes tan llenos de sarro. Entiendo que la inercia haga que sin querer pretendan buscarme trabajo de maneras espontáneas. Quizás porque sea incomprensible convivir tanto tiempo ( y más sumado a este confinamiento) con una misma sin más propósito que el de ir haciendo lo que te de la gana sin una rutina impuesta, sino que hay que molestarse en crearla. Demasiada libertad, demasiado tiempo libre. Sé que no seré una eterna desempleada, siempre tengo un exceso de fe en mi misma y mis posibilidades cuánticas. Pero ¿por qué agobiarse antes de tiempo?, ¿para qué sufrir si no hace falta?, y más ahora, el día más largo del año, hoy que inauguramos el verano.  Nuevas experiencias sabrosas estarán por llegar , dentro de constelaciones conocidas o en otras aún por crear.  Ya se verá...


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