domingo, 3 de noviembre de 2013

El desarraigo


El desarraigo produce seres humanos rocosos, sufridos, individualistas por necesidad, desapegados por pura supervivencia, emigrantes perpetuos en su propio país e inventores de mil vidas dentro de una sola biografía. Es posible que ninguno de nosotros, tan apegados a lo nuestro (más de lo que estamos dispuestos a reconocer), quisiéramos cambiar nuestro destino por cualquiera de los de estos aventureros involuntarios. Pero aun así debemos reconocer que esas existencias tan agrestes, lanzadas a la intemperie casi desde el vientre de la madre, son más proclives a conformar una épica poderosa, casi de categoría homérica. Alguna ventaja había de tener el crecer lejos del abrazo materno. 

Pero... ¿se es feliz?

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