martes, 19 de marzo de 2013

Querido Forrest:



Lamento que no pudieramos vernos antes de que me fuera. Los médicos decidieron mi traslado sin consultarme y no tuve tiempo de despedirme de ti. Sin embargo, les pedí que te entregaran esta nota, porque has sido muy amable conmigo durante mi estancia en el hospital.

Presiento, Forrest, que estás a punto de experimentar un cambio importante en tu vida. Te aconsejo que no desperdicies esta ocasión. Cuando pienso en ti, recuerdo que había algo en tu mirada, un pequeño destello que solía aparecer de repente, cuando sonreías. En tales ocasiones tenía la sensación de contemplar casi una genésis de nuestra capacidad como seres humanos de pensar, crear y ser.

Esta guerra no está hecha para ti, amigo, ni para mí. Afortunadamente ya me he librado de ella, y espero que tu también te libres pronto. Lo importante es qué vas a hacer con tu vida. No creo que seas un idiota. Es posible que, de acuerdo con las pruebas a las que te han sometido o el juicio de unos imbéciles, te hayan catalogado como tal. Pero yo he visto en tus ojos ese destello de curiosidad que arde en el fondo de tu mente, Forrest. Déjate llevar por la corriente, amigo mío, lucha contra los obstáculos que encuentre en tu camino, no ceses jamás. Eres un buen tío, Forrest, y tienes un corazón de oro.


Tu amigo
DAN

No hay comentarios:

Publicar un comentario