lunes, 27 de agosto de 2012

El dilema del erizo

En un día muy helado, un grupo de erizos que se encuentran cerca sienten simultáneamente la necesidad de juntarse para darse calor y no morir congelados.

Cuando se aproximan mucho, sienten el dolor que les causan las púas de los otros erizos, lo que les impulsa a alejarse de nuevo.

Sin embargo, como el hecho de alejarse va acompañado de un frío insoportable, se ven en el dilema de elegir: herirse con la cercanía de los otros o morir. Por ello, van cambiando la distancia que les separa hasta que encuentran una óptima, en la que no se hacen demasiado daño ni mueren de frío.



***

«Como los erizos,
 ya sabéis, 
los hombres un día sintieron su frío.
 Y quisieron compartirlo.
 Entonces inventaron el amor. 
El resultado fue,
 ya sabéis, 
como en los erizos»

***


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