-A veces me he preguntado por qué un hombre con sus conocimientos se resigna a vivir en este lugar desierto - observó Adam-.-Ello se debe a que me falta valor - respondió Samuel -. Nunca he sido capaz de asumir la responsabilidad. Cuando vi que el Señor no me llamaba, podría haberle llamado yo, pero no lo hice. Ésa es la diferencia que hay entre la grandeza y la mediocridad. Es una enfermedad bastante común. Pero a un hombre mediocre le agrada saber que la grandeza trae aparejada la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario