Poquísimas veces había escuchado o leído la palabra "hondonada" y fue hace unos días cuando me fijé en ella gracias a esta canción de La Buena Vida.
La canción es preciosa y por eso he cogido cariño a "hondonada".
"El sueño comienza. Los recuerdos formados durante el día compiten ahora con los recuerdos anteriores. Es muy común que, ya al principio del sueño, el recuerdo del día anterior desaparezca en el torbellino de otros recuerdos reactivados. Sin embargo, aquello determinante volverá, de forma inexorable. Los caminos más profundamente grabados durante la vigilia son más propensos a ser reactivados que aquellos poco labrados"
En el libro Sidarta abandona por momentos el papel de científico puntilloso y se pone lírico, cosa que agradezco. Habla del cambio del cerebro de un recién nacido como si fuese una planicie a nivel topográfico y conforme adquiere experiencia, la topografía se erosiona.
"El resultado es que cada con cada nuevo aprendizaje se forma un nuevo surco, y la superficie se va transformando, adquiriendo cada vez más recovecos, valles y arroyos. El contacto con la realidad, por la fuerza del agua y contra la rigidez de la piedra, va esculpiendo topografía sináptica hasta que lleguemos a ancianos, profundo valle central rodeando de inumerables hondonadas cada vez más pequeñas, capilares conformadas por la experiencia autobiográfica, como un palimpsesto de acontecimientos vividos e imaginados"
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