Creo que sin darnos cuenta, inconscientemente por culpa de nuestra educación sentimental, películas, libros, mitos, anhelos, sueños, ideales, frustraciones, héroes personales... nos hemos alimentado de los mismo durante muchos años y muchas horas muertas. Y es inevitable que busquemos el mismo ideal, que nos enamoremos de las mismas debilidades y fortalezas. Ayer me di cuenta. Los matices marcan la diferencia, claro. Pero la búsqueda de esa esencia es la misma.
Y eso. A ti también te gustaría. Lo sé.
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