El árido desierto de Black Rock (Roca Negra), en Nevada, se convierte una vez al año en la metrópolis Black Rock City, conocida también como Burning Man. Un encuentro donde artistas y aventureros se dan cita para crear una ciudad utópica y esfímera, donde el arte, en todas sus manifestaciones, se muestra, se vive y se comparte. Escultura, arquitectura, pintura, música, danza, fotografía,…y detrás, el fuego.
Si te animas a pinchar en este enlace, te encontrarás con imágenes y situaciones que te encantaría vivir, pero el billete para participar en Burning Man avisa de posibles peligros de heridas graves o muerte. Los que se inscriben asumen los riesgos a cambio de tener la posibilidad de vivir una semana extraordinaria en una sociedad diferente.
Según sus seguidores, Burning Man (Hombre Ardiente) es un festival que no llegas a entender en su esencia si no lo experimentas. Se celebra en pleno desierto, a cientos de kilómetros de la ciudad más cercana y los miles de participantes deben llevar lo necesario para sobrevivir a temperaturas extremas. Desde que llegan construyen campamentos agrupados. Cada campamento ofrece un elemento central interactivo donde el fuego, la madera y el hierro juegan con la luz, el color y la fantasía. En estos últimos años se añade un nueva herramienta, la tecnología, lo que aporta mayor espectacularidad a los montajes.
Al final de esta semana cultural, se queman una gigantesca escultura de madera en una celebración catártica que da nombre a este acontecimiento. Y, luego, la ciudad desaparece sin dejar rastro en el desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario