Vagar durante toda una noche por Toledo, borracho y en completa soledad.
No lavarse durante la estancia.
Acudir a la ciudad una vez al año.
Amar a Toledo por encima de todas las cosas.
Velar el sepulcro del Cardenal Tavera.
La Orden fue fundada ni más ni menos que por un jovencísimo Luis Buñuel del modo que años más tarde relataría: Me paseo por el claustro gótico de la catedral, completamente borracho, cuando, de pronto, oigo cantar miles de pájaros y algo me dice que debo entrar inmediatamente en Los Carmelitas, no para hacerme fraile, sino para robar la caja del convento. Me voy al convento, el portero me abre la puerta y viene un fraile. Le hablo de mi súbito y ferviente deseo de hacerme carmelita. Él, que sin duda ha notado el olor a vino, me acompaña a la puerta. Al día siguiente tomé la decisión de fundar la "Orden de Toledo". Ello sucedió el día de San José de 1923 (13 días después de la visita a la ciudad de Albert Einstein) y Buñuel se nombró condestable de la Orden.
Dalí y su batamanta, la única, Buñuel, chulepa, pipas,el señor de la bolsa en la cabeza |
Pepín Bello, leedor, BUñuel, mujer,Dalí,y el de la pipa |
Subían a la ciudad histórica para perderse en el laberinto de sus calles. Vivían intensamente sus días en la ciudad: A menudo, en un estado rayano en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos el suelo, subíamos al campanario de la catedral y escuchábamos en plena noche los cantos de las monjas y los frailes a través de los muros del Convento de Santo Domingo. Nos paseábamos por las calles leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana (Luis Buñuel).
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