sábado, 29 de septiembre de 2012

domingo, 23 de septiembre de 2012

En un lugar de Vizcaya...(I)











La Orden de Toledo

Toledo tiene un indudable halo de misterio, de lugar especial donde pueden suceder cosas inesperadas, de espacio revelador de otras realidades y de ventana abierta a la imaginación. Hubo a principios del siglo XX un grupo de amigos muy especial que supo captar esta realidad paralela de la ciudad para dejarse llevar, evadirse, soñar, crear, divertirse, aprender y, sobre todo, disfrutar. Este grupo de jóvenes por aquel entonces desconocidos formaba parte de la que denominaron Orden de Toledo, cuyos preceptos básicos eran:

Vagar durante toda una noche por Toledo, borracho y en completa soledad.
No lavarse durante la estancia.
Acudir a la ciudad una vez al año.
Amar a Toledo por encima de todas las cosas.
Velar el sepulcro del Cardenal Tavera.


La Orden fue fundada ni más ni menos que por un jovencísimo Luis Buñuel del modo que años más tarde relataría: Me paseo por el claustro gótico de la catedral, completamente borracho, cuando, de pronto, oigo cantar miles de pájaros y algo me dice que debo entrar inmediatamente en Los Carmelitas, no para hacerme fraile, sino para robar la caja del convento. Me voy al convento, el portero me abre la puerta y viene un fraile. Le hablo de mi súbito y ferviente deseo de hacerme carmelita. Él, que sin duda ha notado el olor a vino, me acompaña a la puerta. Al día siguiente tomé la decisión de fundar la "Orden de Toledo". Ello sucedió el día de San José de 1923 (13 días después de la visita a la ciudad de Albert Einstein) y Buñuel se nombró condestable de la Orden.
Dalí y su batamanta, la única, Buñuel, chulepa, pipas,el señor de la bolsa en la cabeza

El secretario era Pepín Bello. En un segundo orden jerárquico se encontraban los fundadores de entre los que destacanFederico García Lorca y su hermano Paquito, Pedro Garfias, Augusto Casteno, José Uzelay y Ernestina González. Luego venían los caballeros, entre los que figuraban Salvador DalíRafael AlbertiAntonio SolalindeHernando Viñes, Lulu Viñes, Ricardo UrgoitiMaría Teresa LeónRené CrévelPierre UnikJosé María Hinojosa y Jeanne, la esposa de Buñuel. Por debajo de estos se encontraban los escuderos con Georges Sadoul, Roger Désormières y su esposa Colette, Elie Lotar, Aliette Legendre, Manuel A. Ortiz y Ana María Custodio. Más abajo estaban los invitados de los escuderoscuyo jefe era Moreno Villa y, por último, estaban los invitados de los invitados de los escuderos, con Juan Vicens y Marcelino Pascua a la cabeza. Estamos por tanto ante lo mejor de la generación del 27 con Toledo como fuente de inspiración y lugar de reunión. El rango alcanzado en la Orden dependía del grado de cumplimiento de las reglas, básicamente resumidas según Buñuel en ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en disposición de vivir las más inolvidables experiencias.
Pepín Bello, leedor, BUñuel, mujer,Dalí,y el de la pipa

Subían a la ciudad histórica para perderse en el laberinto de sus calles. Vivían intensamente sus días en la ciudad: A menudo, en un estado rayano en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos el suelo, subíamos al campanario de la catedral y escuchábamos en plena noche los cantos de las monjas y los frailes a través de los muros del Convento de Santo Domingo. Nos paseábamos por las calles leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana (Luis Buñuel).

sábado, 22 de septiembre de 2012



Seen a shootin' star tonightAnd I thought of youYou're tryin' to break into another worldA world I never knew

I always kind of wonderedIf you ever made it through?Seen a shootin' star tonightAnd I thought of you
Seen a shootin' star tonight slip awayTomorrow will be another dayGuess it's too late to say the things to youThat you needed to hear me saySeen a shootin' star tonight slip away



viernes, 21 de septiembre de 2012

lunes, 17 de septiembre de 2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

miércoles, 12 de septiembre de 2012

lunes, 10 de septiembre de 2012

viernes, 7 de septiembre de 2012

Terenci's Club



“Con los vientos que soplan”, como dijo Carmen Balcells, organizar una velada literaria / fiesta, tiene su mérito. El motivo: la entrega del Premio Gaziel de biografías y memorias al escritor Juan Bonilla por El tiempo es un sueño pop. Vida y obra de Terenci Moix. Y como siempre que se trata de Terenci hubo añoranza, emoción, sonrisas, risas y carcajadas.
Balcells puso la guinda final: “He decidido crear el club de fans Terenci’s Club”. Virtual, claro, y con sede en el río Nilo. Boris Izaguirre, el presidente del club, expuso las cinco condiciones para ingresar: 1. Leer el libro de Juan Bonilla. 2. No tener miedo a cruzar la frontera entre la baja y la alta cultura. 3. No tener miedo de ser a la vez personaje y autor. 4.No tener miedo de las mujeres. 5. Saber al menos una anécdota de Sara Montiel. Después sonó Amami Alfredo! de La Traviata.
Eduardo Mendoza fue el encargado de glosar El tiempo es un sueño pop. Vida y obra de Terenci Moix (RBA). “Es un libro excelente, bien documentado, ameno, instructivo y objetivo, presidido por el afecto a Terenci, pero riguroso y ecuánime, cuando tiene que elogiar elogia y cuando tiene que criticar critica”. Para Mendoza, lo más importante del trabajo de Bonilla es que desbroza la parte más escandalosa de su vida, su popularidad, de su trabajo como escritor. “Coloca a Terenci más allá del personaje querido y entrañable que pasó por nuestras vidas” y citó al realizador Sergi Schaaf: “Ante todo, Terenci Moix era un escritor”.
“Era reservado y tímido y a la vez bastante exhibicionista. Su vida estaba abierta al público”. “Terenci tenía el síndrome de la inseguridad crónica”, añadió Mendoza. “Tenía un conocimiento profundo, académico, de Egipto, pero no le daba importancia. Era un humanista. Era brillante y estaba íntimamente desesperado”.
Mendoza explicó que conoció a Moix en los años sesenta. “Fue una relación de amistad nunca frívola, por eso tengo recuerdos y no anécdotas. Hablábamos de literatura, de leer y escribir. De cosas serias e importantes”. ”Fue el escritor que más intensamente representó los logros y fracasos de nuestra generación”.
(...)
Luego la fiesta, todos con la chapa del Terenci’s Club puesta. “¿Te acuerdas de aquel día que Terenci…?”. “Yo cené con Terenci…”. “No puedo olvidar su funeral”. “Recordaré para siempre el día en que murió Manolo, fue un impacto”. Los asistentes compartieron sus recuerdos.

martes, 4 de septiembre de 2012

Miedo y asco en Nevada











El árido desierto de Black Rock (Roca Negra), en Nevada, se convierte una vez al año en la metrópolis Black Rock City, conocida también como Burning Man. Un encuentro donde artistas y aventureros se dan cita para crear una ciudad utópica y esfímera, donde el arte, en todas sus manifestaciones, se muestra, se vive y se comparte. Escultura, arquitectura, pintura, música, danza, fotografía,…y detrás, el fuego.
Si te animas a pinchar en este enlace, te encontrarás con imágenes y situaciones que te encantaría vivir, pero el billete para participar en Burning Man avisa de posibles peligros de heridas graves o muerte. Los que se inscriben asumen los riesgos a cambio de tener la posibilidad de vivir una semana extraordinaria en una sociedad diferente.

Según sus seguidores, Burning Man (Hombre Ardiente) es un festival que no llegas a entender en su esencia si no lo experimentas. Se celebra en pleno desierto, a cientos de kilómetros de la ciudad más cercana y los miles de participantes deben llevar lo necesario para sobrevivir a temperaturas extremas. Desde que llegan construyen campamentos agrupados. Cada campamento ofrece un elemento central interactivo donde el fuego, la madera y el hierro juegan con la luz, el color y la fantasía. En estos últimos años se añade un nueva herramienta, la tecnología, lo que aporta mayor espectacularidad a los montajes.
Al final de esta semana cultural, se queman una gigantesca escultura de madera en una celebración catártica que da nombre a este acontecimiento. Y, luego, la ciudad desaparece sin dejar rastro en el desierto.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Se cree que las mató el tiempo y la ausencia


Todos somos herederos de las pequeñas cosas, y mi predilección por esas parcelas aparentemente ínfimas del devenir humano se impone sobre los grandes avatares históricos y crea en mi memoria una imagen múltiple del mundo que conocí. En este contexto resultan básicas las conversaciones con los demás, su caudal de nostalgias y frustraciones. (...) 
A través de la nostalgia de Néstor, aprecié facetas de la mitología  barcelonesa que me habían pasado inadvertidas. Era como ver la ciudad con ojos distintos, que es como deben verse las ciudades.
*****

Los mitos se derrumban, la gente nos muestra sus aspectos mas ingratos y sin embargo algo de la devoción inicial perdura en el recuerdo.





domingo, 2 de septiembre de 2012

El Divino Karolo

En plena nueva obsesión por Terenci Moix. En plena relectura de "Extraño en el Paraíso". En plena actuación de fanfarria en Erandio aparece un hombre extraño. Todos se ríen, incluso yo hago la gracieta de que es Robinson Crusoe que hasta la crisis ha deshauciado. 

Toca descanso de 5 minutos y algunos nos sentamos en la acera mientras fumamos un cigarro. 
-Me recuerda a un poeta, un viejo lobo de mar...
-¿Quien? ¿Alberti?
-¡Si! Seguro que es poeta, o bohemio o mendigo...
-No. Mendigo no. Fijate en sus zapatos y en esa camisa. Parece nueva. Mendigo no es. Venga Montoya, dile algo.
-Diselo tú que a mi me da palo
-Buff es que estoy sentada
-¡Anda ya!Lo que pasa es que te da vergüenza
-¿Vergüenza?
Y sin antes apurar las ultimas caladas del cigarro, me remango el jersey rojo y me levanto, dispuesta a atacar.

-¿Sabe? Por ahí me dicen que les recuerda al poeta Alberti.

Y ahí empieza una conversación puede que de tan sólo 15 minutos dónde sólo tenía oídos para él. Lejos de pensar que ese hombre me iba a dar la chapa, como parecía que se la podía dar a otros, a mi me alimentaba el espiritu. En 15 minutos hemos hablado de sus vivencias en Florencia, del David de Miguel Angel, de mi revuelta por sacarle una foto, del París de los años 60, de las noches durmiendo en estaciones de tren (la mía sólo fue una vez), de la librería Shakespere and Company, de su época como cantante de ópera, del Nessun Dorma y la historia china, de Pavarotti cantándola en el Camp Nou (aunque a él el futbol nunca le gustó, por Pavarotti hizo la excepción) De la "Palanca" en el San Francisco de Bilbao, de la Divine Gauche de Barcelona, de cuando canto con Serrat, de cuando hizo de modelo para Dalí, de lo tímido que era él(Dalí), y como no, de Terenci, de lo que le gustaba Egipto y de lo encantador que fue. Casualidad le he enseñado que justo estaba leyendo un libro suyo, que vete a saber por qué llevaba en el bolso en vez de dejarlo en el bus. Tonta de mi tenía que haberle pedido una dedicatoria, porque ha sido lo más cerca que he estado de conocer a Terenci. Nos ha dicho que le ha gustado mucho la actuación, que le recordaba a cuando estuvo trabajando en un piano bar en Nueva York. Me ha contado montones de cosas en 15 minutos, pero yo maldigo mi mala memoria. Por eso escribo este poco , para salvarlo del olvido y del tiempo. Al final todo me preguntaban

-¿Qué te contaba ese viejo?

He contado 4 cosas, y claro, me decían que todo era mentira seguro. Lo mismo me daba. A veces oír historias sean mentira o verdad, contadas con esa pasión y ese brillo en los ojos, poco importan que sean fruto de la imaginación. Alguien las creerá y serán mas verdad en el recuerdo que cualquier dato histórico.

El caso, es que hoy he conocido al Divino Karolo.

Un placer y un privilegio.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Te lo juro

Alexander


Así entendí que no era un americano tan tranquilo como parecía, ni un judío tan seguro de sí mismo como daba a entender. Pero, lejos de entrar en averiguaciones innecesarias, quedé abrazado a su cuerpo y él al mío, no sin que otro porro nos precipitase en un letargo definitivo donde se me aparecieron todas las visiones que sólo una buena yerba de buena calidad es capaz de convocar. Entre ellas el Pato Donald y un vals de Offenbach.
Extraño en el paraíso.
Terenci Moix